Con los rayos de sol de los primeros días de primavera brotan en los bosques gallegos, como surgidas de la nada, las primeras abejas.

Pasaron ya los fríos invernales y estos insectos, polinizadores de hasta un tercio de los alimentos vegetales esenciales para la vida humana, se lanzan al exerior en busca de las flores que les proporcionarán el néctar a partir del cual elaborarán uno de los productos naturales más demandados: la miel.

Abella

En términos aproximados, una colmena fabrica alrededor de tres veces más miel de la que necesita para su supervivencia (recordemos que las abejas se dedican a la fabricación de miel durante las estaciones más calurosas con el fin de subsistir en otoño e invierno), por lo que deja un margen de excedentes muy apetecible para su aprovechamiento.

Con el verano dando sus últimos coletazos, bien entrado septiembre, visitamos a Fernando, productor de miel de Casa Pájaro, en Figueira (Lalín), para que nos enseñara en que consiste el proceso de extracción del dulce producto; un proceso en el que la higiene prevalece por encima de todo.

Cadro

El primer paso es el de extraer los cuadros de las colmenas. En estos cuadros es donde se encuentran los panales, divididos en celdas que almacenan la miel.

Cuando esta miel está madura, las abejas tapan las celdas con opérculos de cera que habrá que retirar para facilitar la salida del producto en la centrifugadora. Para esto se utiliza un cuchillo desoperculador.

Desoperculando

Nos cuenta que la cera que va quedando tras la desoperculación se mezcla con abundante miel, por lo que debe dejarse a decantar para aprovecharla. Una vez decantada esta miel, la cera que queda es utilizada para la elaboración de velas o reutilizada para facilitar el trabajo de las abejas la próxima temporada.

Cera

Los cuadros desoperculados se introducen en una centrifugadora que se encarga de extraer la miel de su interior. Despues el producto extraído pasa a su interior. Despues el producto extraído pasa a un depósito donde se deja en reposo unos días con el fin de eliminar posibles impurezas (restos de cera), que salen á superficie.

Finalmente la miel está lista para ser envasada y consumida.

Fernando. Casa Pájaro

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